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EL año pasado, Guipúzcoa celebró cumplidamente a uno de sus hijos ilustres: Juan Ignacio de Iztueta. Hombre de mundo, bailarín inveterado, apologeta y compendiador de las danzas vascas, costumbrista y poeta, Juan Ignacio precisó del bicentenario rie su nacimiento para que, de pronto, floreciese el interés por su persona y obra, llevando a las áreas de lo po- pular unos conocimientos que hasta entonces habían sido privativos de ciertas minorías. 

Fruto de la atención prestada a la figura de Iztueta con motivo de su bicentenario han sido dos libros que, editados por la Gran Enciclopedia Vasca, acaban de salir al mercado. Uno de ellos trata nada menos que del «Guipuzcoaco dantza», obra fundamental del Carlote de Zaldivia, que ha sido dada a la imprenta compendiando dos versiones: una en vascuence, sobre el texto original de Iztueta, y otra en castellano.
«Guipuzcoaco dantza» es un libro de lectura curiosa y singularmente amena, en la que se recoge una serie de nociones que permiten reconstruir la mentalidad guipuzcoana a principios del siglo pasado y a la vez recuperar una serie de bailes tradicionales de los que, de no haber sido por Iztueta, ya no existiría ni la menor huella. 
Paralelamente, el erudito sacerdote don José Garmendia ha publicado su «Obras inéditas de Iztueta», en donde aparecen escritos, correspondencia, papeles testamentarios y otras noticias sugestivas en torno a Juan Ignacio. Garmendia. no lo olvidemos, es una autoridad en la materia, ya que, por ser hijo de la misma aldea en la que vino al mundo el autor del libro de las danzas, ha prestado desde antiguo una especial atención a este personaje, y el año pasado, con motivo del bicente-nario, escribió una larga y aplaudida serie de artículos sobre Iztueta en la Prensa donostiarra. 
Garmendia, investigador infatigable con residencia habitual en Sevilla, prepara ahora una biografía de Iztueta, mientras que el jesuíta padre Zabala va a editar un tomo con sus versos, y José Irazusta aborda otro libro iztuetísta a base de documentos que ha encontrado en Tolosa. En resumen, un magnífico haz de iniciativas que ha llevado al plano editorial, en esta primera fase, el bilbaíno Martín de Retana desde el timón de la Gran Enciclopedia Vasca.

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