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MAS SOBRE IZTUETA. UNA FIGURA POLIFACÉTICA 
El Diario Vasco, San Sebastián, 4 de abril de 1968
Por José Garmendia

Con motivo del segundo centenario del nacimiento de Iztueta, algo se ha dicho y escrito sobre él. No todo. ni mucho menos. También esta vez ha corrido el peligro de quedar con la etiqueta del honroso y excepcional título de "El gran bailarín", aparte de su lirismo en "Kontxesiri" y de las valiosas referencias de su historia de Guipúzcoa.

La vehemente sospecha o atisbo de una personalidad rica y extremadamente compleja de Iztueta, "Caleidoscópica" como alguna vez escribimos, queda plenamente confirmada y aumentada por una serie de documentos que obran en nuestro poder. El descubrimiento de este importante material inédito agiganta su figura se asoma a horizontes nuevos y desconocidos.

Ahora venimos a saber que Iztueta cultivó la lengua castellana, incluso en su género poético, mantuvo correspondencia con el extranjero, realizó viajes fuera de la provincia, lncluso viviendo algún tiempo en Burgos y se relacionó con amistades muy diversas y significativas de aquel tiempo.

Son variados y muchos los trabajos de Iztueta en castellano: escritos sobre el método que a su  juicio se debiera seguir en las escuelas de primera enseñanza de esta región para enseñar el castellano, sobre versos de Plauto y la traducción literal de los mismos al castellano, sobre versos vascongados referentes a la época de la dominación romana, sobre el origen de apellidos vascongados, sobre la guerra de España entre Francia y Alemania en tiempos de Carlos V, artículo de propaganda a favor do sus obras, copia del folleto publicado en Londres por el señor Mendívil a favor de las obras de Iztueta, sobre el número de sacerdotes que corresponde a cada pueblo de Guipúzcoa y otras muchas cosas más e castellano.

Compuso, entre otros muchos versos , una docena que titula “banderillas de fuego  al compadre Legarda”. Dicen  así la primera y última estrofas:

Yo soy en Guipúzcoa
un erótico duende
que todos me miran
y nadie me entiende.

* * *

En fin don Elías
cuidar el cogote
pues si se descuida
andará el garrote.

Entre otras correspondencias destaca la que sostuvo con el profesor de literatura griega y secretario de la Academia francesa de Toulouse en la sección de la Facultad de Letras. Tres cartas son del año 1826, una de 1827 y otra de 1830, todas ellas dirigidas -al señor Iztueta en francés. Tratan dichas cartas, de los precios que le piden a dicho señor por unos libros que parecen ser del Padre Larramendi. Por las lechas de esta correspondencia Iztueta cumplía el cargo de verificador de pasaportes. También recibió encargo de trabajos literarios.

Por confesión propia estuvo varias veces en Vitoria y en 1832 viviendo en San Sebastian, fue invitado por un importante señor de Madrid para dar una conferencia sobre el vascuence en la casa de cultura de don Vicente Vinuesa.

Fue amigo del político, novelista. historiador y poeta español Estébanez ;  Calderón,  conocido también por el "Solitario" Su sobrino,  Cánovas de Castillo, que iba a morir a manos do Anghiolillo  en Santa Agueda, la consagro una biografía, con el título de “ El solitario y su tiempo”.

Escribiendo del baile al uso y la danza antigua nos dirá de esta  amistad Estébanez Calderón en "Escenas andaluzas" (Colección Austral, pagina 128): "En las provincias Vascongadas, y en esto camino de acuerdo con mi amigo Iztueta…” citando al pie de página el libro de danzas ¿Dónde y cuándo se conocieron ambos? ¿En Madrid? ¿en San Sebastián? El político y viajero Estébanez Calderón firma unas cartas con fecha de 1837 en Vitoria. Existió una relación personal, motivada sin duda por afanes culturales.

También se atribuyen n Jorge Borrow dos artículos en que habla de la obra de Iztueta y parece ser que este escritor inglés poseía los originales de Iztueta. De todos modos, como antes hemos indicado, el señor Mendívil se encargó de escribir un folleto de propaganda del libro de los danzas y de sus melodías en Londres.

Que en aquel San Sebastián de los años 1830, en que la actual capital guipuzcoana, contaba con unas nueve mil  personas,  era  muy conocido Iztueta es como querer descubrir el Mediterráneo. Testigo de esta notoriedad se hará el viajero y escritor Demwoski, atraído por la guerra carlista en un libro de impresiones que va de 1838 al 40. En el capítulo o carta firmada en Bilbao el 22 de septiembre de este año da 1840 nos dirá lo siguiente: "Citase como una canción de las más patéticas, la amorosa y triste elegía dedicada hace 35 años, a la dama de su corazón por el caballero Iztueta, en tanto gemía en San Sebastián, en los calabozos del Santo Oficio. Lamento no conocer los primeros versos de esta canción (al parecer intraducibles) que se canta comunmente a dos voces: "Vivo a veinticuatro leguas de ti / separado da los vivos por mil puertas de hierro llorando sin cesar y preguntando a Dios / si vives todavía /  Oh , Concepción, alma mía!

Y copia otra estrofa.
 
Más sobre Iztueta. La Voz de España 13-XII-1968

 

De su figura, quizás mejor que de cualquier otra,  se podría decir que no es tan sólo el mismo; es también el punto único, particularísimo , importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo, sólo una vez de aquel modo y nunca más. Podríamos preguntar de dónde le pudo llegar la influencia. Quizás pudiéramos contestar con Theillard de Chardin: "da esa auténtica memoria de la raza en donde se alimentan y culminan nuestras memorias individuales".

Sevilla, febrero de 1968.