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"Iztueta", cuadro realizado por don Antonio Valverde con  destino al calendario "Personajes históricos guipuzcoanos, de la Caja de Ahorros Municipal  
Solemnidad del “aurresku” de los intelectuales guipuzcoanos

La Voz de España
Zaldiz ta oñez” reza el lema que bajo los dos caballos forman el escudo de la Noble y Leal Villa de Zaldivia.

“Zaldiz ta oñez”, unos a lomos da caballos (de vapor, claro) y otros de peatones, como ordena el blasón municipal, acudió el domingo una muchedumbre a Zaldivia, con motivo del homenaje a su más preclaro hijo, cuya figura se agigante precisamente a los dos siglos. Es fruto da corazones generosos la gratitud y sus coterráneos, han agradecido espléndidamente 1 a ingente labor del cultivador de nuestras fianzas y único tratadista e historiador, así como notable escritor folklorista y poeta, Juan Ignacio de Iztueta y Echeverría.

Al encontrar la plaza metida en obras —con la molestia de un piso embarrado— pensé si Zaldivia daba marcha atrás en el tiempo, tanto en el aspecto histórico como en el económico. Precisamente cuando Juan Ignacio vino al mundo, estaba en pleno apogeo la explotación de las minas de cobre de Arritzaga (cordillera de Aralar) donde trabajaban 300 hombres que horadaron una galería de tres kilómetros de longitud. El cobre obtenido se batía en dos ferrerías locales...

En la actualidad también “se bate el cobre” y por ende, he observado la metamorfosis urbanística.

Despertar folklórico

A las ocho de la mañana cuando las frías brumas se desperezaban del pintoresco valle, la “txalaparta” empezó su diana. Ocho”txalaparteros” situados en las colinas cercanas Blanda e Ibarguren, se comunicaron acústicamente, merced al primitivo lenguaje euskeldun  de  esa “ telegrafía sin hilos”. En el transcurso de la transmisión de mensajes “ txalaparteros” (una hora), los zaldibitarras, con las ventanas abiertas para escuchar con nitidez el “diálogo”, se afeitaron con especial esmero, se vistieron la camisa blanca, nueva; el traje del día de la boda y la, “txapela” de los domingos...

Raudos, abandonaron el hogar para presenciar el paso de los “thunthurrok” de Ituren, que recorrieron la villa con su espectacular atuendo y coreografía.

Me dio la impresión de que los jóvenes organizadores de las fiestas centenarias para ambientar la recepción de los miles de forasteros, contrataron a un “artzai” (pastor) para que con su rebaño de ovejas se hiciera el encontradizo en el lindo camino que desde la ruta nacional nos conduce a Zaldivia.

Para [as diez de la mañana los grupos de dantzaris de Bérriz, con su flamante bandera; Luzaide (primitiva etimología da Valcarlos) con vistosos ropajes y el grupo donostiarra “Argia”, portadores del folklore de Oñate, saludaban al pueblo, que por cierto les recibió con un lanzamiento masivo de cohetes, que ríase usted de Arenosillo...

Dantzaris y numerosos grupos de txitularis —incluso una banda femenina—, procedentes de la comarca, alegraban el corazón de forasteros e indígenas, al conjuro de sus jacarandosas “kalegiras”. El famoso acordeonista asteasuarra, Eluterio Tapia, con su inseparable “inpernuko auspoa” de botones, ejecutó aires vascos que ahuyentaron el frío de numerosas pantorrillas artísticas...

Erri meza

La primera misa del pueblo que se celebraba en el Goierri y ciertamente que no ha de ser la última... La iglesia parroquial de Santa Fe resultó insuficiente. Bancos, pasillos, atrio, coro y hasta encaramados en las escaleras del pulpito.

Los grupos de dantzaris y txistularis hicieron su entrada en el templo al son de alegres “biribilketas”, acomodándose (es un decir), en el ala izquierda del crucero.

El Ayuntamiento en corporación presidió la ceremonia que dio comienzo a las once. La misa dialogada fue oficiada por el Padre Salvador Garmendia, sacerdote local que ejerce su apostolado en Mauleón (Francia). La homilía estuvo a cargo del Padre Marcos Amundarain, de la abadía benedictina de  Lazcano, actuando de monitor el seglar Salvador Echeverría. En el ofertorio el bersolari lasartearra Juan Arteaga realizó la ofrenda de los fieles en sentidos versos. Canon y consagración se apercibieron con fondo de “Txalaparta” ejecutada en el coro por los hermanos Arza. Tres dantzaris del “Argia” sin acompañamiento música  rindieron pleitesía al Santísimo. Durante la comunión
de los fieles un txistulari interpretó varias melodías religiosas.

La emotiva misa terminó con el canto del “Agur Jaunak” coreado por todos los asistentes.

Aurresku de honor

Acto seguido autoridades, dantzaris, txistularis y pueblo, se trasladaron a la plazuela de Iztueta cabe la casa natal del “maixu'”, donde los intelectuales guipuzcoanos dedicaron un auténtico y ceremonioso “aurresku” al memorado exégeta de nuestros bailes. El rito tuvo lugar a las doce y media y se desarrolló en medio de un silencio y un respeto sobrecogedores.

Actuó de aurreskulari, Urbeltz y de atzekulari García, ambos encuadrados en el “Argia”, Formaron la cuerda, Antonio Valverde “Ayalde”, pintor y escritor; doctor Aingeru Irigaray, vascófilo; José de Arteche, escritor; Antonio María de Labayen,  comediógrafo;  Francisco Unzurrunzaga, editor; Basarri y Uztapide, bersolaris; Javier Bello Portu. director de orquesta; Miguel Pelay Orozco, ensayista; Javier de Aramburu periodista de LA VOZ DE ESPAÑA; Pedro Alcorta, editor; Pascual Pérez-Yarza y José María Bajineta, biznietos de Iztueta; Buenaventura Garmendia, en representación de la villa y el que suscribe —benjamín entre los patriarcales personajes—, en calidad de humorista ya que en juicio de Dembowski, también el homenajeado lo fue.

El aurreskulari, marcó la “erreberentziya” para doña María Bajineta (vincular a mary—irudiak--), biznieta de Iztueta . Interrumpiose el “gizon dantza'”  para escuchar a los bersolaris Lopategui y Lazkao-Txlki, que cantaron sentidas composiciones apologéticas a la obra de Iztueta, siendo muy aplaudido. Una electrizante “biribilketa” y una ovación que estuvo a punto de ahogar las notas del txistu, dieron por terminado el “aurresku” de honor de los intelectuales guipuzcoanos, que abandonaron la plazuela sin romper la cuerda. ¡Dura prueba para el corazón de Arteche!...

El resto de la jornada fácilmente se la imaginará el lector: cabriolas saltos, “irrintzik” txistu y tamboril... Toda la riqueza folklórica de Guipúzcoa que se hubiera perdido o sofisticado de no mediar la tarea de Iztueta.

A las cinco de la tarde se celebró un festival con la actuación de los “thuntrurrok” y los grupos de dantzaris antes mencionados.

Los descendientes de Iztueta

En el escaparate de un comercio local se exhibieron varios atributos de “Iztueta dantzari”, propiedad de su consanguíneo Ángel Imaz Mancicidor, avecindado en Zaldivia. Se adhirieron al homenaje dos bisnietos de Juan Ignacio con sus respectivas esposas e hijas, tataranietas, por tanto del homenajeado.

Varón y cinco damas residentes en Pasajes, Bilbao y Pedernales, que sostenían el cuarto apellido Iztueta, son los bisnietos del ilustre coreógrafo por línea femenina habida en su tercer matrimonio con doña María Asunción de Urrozola.

Los señores de Bajineta disponen del testamento de su bisabuelo documento que pudiera aportar valioso datos  para el biógrafo que quiera ocuparse  exhaustivamente del  notable personaje guipuzcoano.

Iñaki LINAZASORO