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El folklorista Juan Ignacio de Iztueta en el mundo de la 
cultura vasco-francesa

(The folklore Juan Ignacio de Iztueta in the world of the Basque-French culture)

Garmendia Arruebarrena, José*
Consulado, 8, 2.B
20011 Donostia

*Académico correspondiente de Euskaltzaindia Eusko Ikaskuntza

No deja de tener interés el estudio de lo que tuvo que ver la vida de Iztueta con las tierras y gente de Francia. Afrancesado, y aunque escriba que sólo sabía el euskera, conocía bien el francés. Tuvo mucha relación, cartas y conocimiento personal con el profesor de la Facultad de Letras de Tolouse, catedrático de literatura griega y hebrea. A través de esa correspondencia observamos el interés por los libros de Larramendi, Astarloa, Juan Btª de Erro y otros. Sobre todo está una carta escrita por el padre de Antoine el 20 de octubre de 1827 desde Biarritz a Iztueta "paisano y amigo".

Palabras Clave: Juan Antonio de Iztueta. Relación con Lecluse. Aportación de Lecluse.

Interesgarria litzateke Iztuetaren bizitzak Frantziako lurrekin eta jendearekin izan zuen zerikusia aztertzea, eta euskara besterik ez zekiela idazten bazuen ere, frantsesa ongi ezagutzen zuen. Harreman handia izan zuen, gutunak eta ezagutza pertsonala barne, Tolosako Letretako Fakultateko irakaslearekin, grekerazko eta hebraierazko literatura katedraduna zena. Gutuneria horren bidez Larramendi, Astarloa, Juan Bautista de Erro eta beste zenbaiten liburuez interesatua ikusten dugu, batez ere, Antoineren aitak Miarritzetik Iztueta “herrikide eta adiskideari” idatzitako gutuna kontserbatzen baita, 1827ko urriaren 20koa.

Giltz-Hitzak: Juan Antonio de Iztueta. Lecluserekin harremana. Lecluseren aportazioa.

L'étude de la relation de la vie de Iztueta avec les terres et les gens de France ne manque pas d'intérêt. Francisé, et bien qu'il écrivait qu'il ne savait que l'euskera, il connaissait bien le français. Il eut beaucoup de relations, lettres et contacts personnels avec le professeur de la Faculté de Lettres de Toulouse, professeur de littérature grecque et hébraïque. A travers cette correspondance, nous observons l'intérêt pour les livres de Larramendi, Astarloa, Juan Btª de Erro et autres. Il y a surtout une lettre écrite par le père d'Antoine le 20 octobre 1827 depuis Biarritz à Iztueta “compatriote et ami”.

Mots Clés: Juan Antonio de Iztueta. Relation avec Lechuse. Contribution de Lecluse.

No deja de tener interés el estudio de lo que tuvo que ver la vida del folklorista Juan Ignacio de lztueta con las tierras y gente de Francia.

Nacido en el último tercio del siglo XVIII, concretamente en 1767, el arco de su vida se cierra el año 1845 en su casa natal de la villa guipuzcoana de Zaldibia, unos años después de la conclusión de la primera guerra carlista. Largo período de sus casi 78 años de trayectoria existencial, lleno de vicisitudes históricas y personales en que Europa, España y el País Vasco se vieron envueltos y conmocionados por muchas guerras, y zarandeado de una a otra parte nuestro personaje. Ahí están las guerras de la Convención francesa (1794-1796), la guerra napoleónica (1808-1813), la guerra civil regalista, (1820-1822) y la primera guerra carlista (1833-1839).

Intensa fue la vida de Iztueta en su relación con los franceses. Habría que citar, en primer lugar, su afrancesamiento en Azpeitia, sus años de relación con los franceses en San Sebastián, su permanencia en San Juan de Luz en el tiempo de la quema e incendio de la ciudad donostiarra en 1813.

Poseemos una extensa y no publicada documentación sobre su afrancesamiento en Azpeitia, después que salió de la cárcel de Logroño tras 6 años y se unió con la Kontxesi, la mujer de sus versos amorosos.

SU AFRANCESAMIENTO

Iztueta llega de Azpeitia a San Sebastián el 24 de abril de 1810. En el año de la dominación francesa, en 1809, mostró la suficiente actividad como para merecer la nota, de afrancesado que se le atribuía por parte de numerosos vecinos de la villa. Su colaboración con los franceses debió ser intensa por los meses de cárcel que años más tarde sufrió. No se entiende de otro modo que en San Sebastián se dedicara al comercio, a la edificación de casas, y muy posiblemente, colaborando como espía. En la ciudad donostiarra tuvo el empleo de guarda, a fuerza, de los ruegos y súplicas que interpuso para conseguir el nombramiento destinado al resguardo de la “Puerta de Tierra”. Así que muchos años antes de 1825 en que aparece con ese cargo, ya se había empleado en el mismo, hasta su huída del asedio e incendio de San Sebastián en agosto de 1813. El mismo declaró ante escribano que “durante el sitio salió de la ciudad” y que “habitaba en San Juan de Luz en la época del sitio”.

En la colaboración con los franceses había entregado 400 mantas y 260 jergones a la villa de Guetaria, que nunca fueron pagados, al abandonar los franceses el fuerte de noche, furtivamente, sin que los vecinos de Guetaria lo advirtieran. No es por tanto de extrañar que, al regreso de Fernando VII a España leamos en un documento, fecha 27 de febrero de 1814: “en la causa que estoy procediendo... que sea arrestado y conducido ante tribunal Juan Ignacio de Iztueta”. Así, al día siguiente, día 28, es arrestado Iztueta. Permaneció en la cárcel de Tolosa nada menos que 8 meses, en dos períodos diferentes: del 28 de febrero al 12 de mayo de 1814, y desde el 19 de mayo al 4 de noviembre de 1815. Sufrió, además, reclusión, en su casa de San Sebastián, desde el 12 de mayo al 23 de junio de 1815. En total, 9 meses y 13 días de reclusión. Estando preso en Tolosa se efectuó el embargo de sus bienes, el 15 de septiembre de 1815 en su casa de la calle Bildosola, ocupada entonces por sus hijos, aunque no fue mucho el ajuar: varias mesas, cortinas, sartenes, etc, etc.

Para abreviar toda esta época, nada mejor que el testimonio del Dr. Odriozola, rector de la iglesia parroquial de Azpeitia, el que bautizara a la hija de Iztueta y fuera también testigo de la boda con Kontxesi. Odriozola tuvo que sufrir destierro de Azpeitia en tierras andaluzas, y cuando volvió, fue interrogado como testigo en el juicio contra Iztueta. Duro es en su juicio y declara así: “que conoce a Iztueta, que éste tuvo una adhesión decidida al enemigo por su depravada vida anterior, no sólo conocida en los Tribunales Reales, sino también en el de Logroño y que, según tiene el deponente noticias, fue uno de los que intentaron arrestar al Sr. Ostolaza, confesor de su Majestad, en ocasión en que pasó a esta villa y a la de Azcoitia, estando confinado en San Sebastián con los demás familiares del Rey; que sin duda por éste y otros méritos consiguió de los franceses un empleo de cabo de guardas o equivalente en San Sebastián, en donde engrosó e hizo grandes caudales, como tiene oído el deponente, y esto no puede verificarse sino en términos franceses, que su adhesión, conducta, etc son demasiado públicos y notorios, para que deje de mirarle con aversión todo buen español, amante de su Rey y de su Nación”.

Las noticias del mencionado testigo nos explican bien que fue boyante su vida después que Iztueta se trasladara en 1810 de Azpeitia a San Sebastián. Es una pena, cuando en Zaldibia se hizo el inventario de sus bienes, a su fallecimiento en 1845, se diga y no hayan aparecido “tres libros de apuntes de los pasaportes y cartas de seguridad tomados en el tiempo en que estuvo empleado”. ¡Qué luz nos hubieran proporcionado de tantas personas y sucesos de entonces en la ciudad donostiarra! CONOCIMIENTO DE LA LENGUA FRANCESA No es verdad lo que escribe en su libro sobre las danzas, esto es, que no sabía más que el euskera. En el prólogo y a su final, dice que “de lenguas no sé más que la que aprendí de niño en mi hogar, y ni ésta mucha cosa, sino en la forma y manera que me enseñó mi madre” (En el original: “Bularrequin batean erodiski edo mamatu nuen izcuntza besterik ez dakidana, eta au ere ez bear bezela, ez bada nere amari icasi nion guisa ber berean”).

Iztueta se contradice así mismo cuando escribe (cap. XXIII, III parte) hablando de la primera guerra carlista y refiriéndose a Zumalacárregui: “mientras vivía aún este apreciado hijo de Guipúzcoa, recuerdo haber leído en la prensa francesa estos dulces versos, sin duda compuestos por algún vasco inteligente del otro lado:

“Zumalaren izena

eta haren omena

Hurrun da edatzen

Erregueren gorthetan,

Hiri eta campanetan

Norc ez du aditzen

Zumalaz mintzatzen”.

(En el original: Guipuzcoaco seme maitagarri au bici zala, oroitzen naiz iracurrizan nituela Franciaco paper aguirico batean, bertaco Euscaldun ernaien batec bere itzquera ederrean ezarritaco itz neurtu gozoqui oec” y sigue la estrofa).

Claro es que Iztueta sabía francés o lo entendía, al menos desde los días de su estancia en San Sebastián, y después en San Juan de Luz, como cuando fue celador de “Puerta de Tierra” en la ciudad.

Dejando para más tarde confirmar estos extremos, aduzcamos unos testimonios sobre el conocimiento que tenía del francés. En la correspondencia desde la Academia Real de Tolouse, el profesor de literatura griega y decano de la Facultad de Letras, Lecluse, en fecha 9 abril de 1826, se expresa así: “je vous escrit en Français... et que de ‘alleurs, vous comprenez parfaiterment notre langue”.

SU RELACION CON LOS FRANCESES

Ya sabemos que en julio le 1824, los sabios de París que se habían reunido en Toulouse, le solicitaron una interpretación de los versos púnicos de Plauto, esto es, antes de la publicación del libro de las danzas. Es curioso leer en los Extractos de las Juntas Generales, cuando se habla del coste y del número de ejemplares del libro, cómo el cónsul francés en la ciudad de San Sebastián mandó encuadernar en encuadernación de lujo el libro de las danzas. Claro que conocía y acudía al cónsul francés.

Mayor prueba tenemos de su estrecha relación con Lecluse y algunos otros. La fama que le dio su Guipuzcoaco dantzac extendió su nombre por Europa, y en especial por el suelo vasco-francés. Eso es lo que delata la corresponcia con el profesor Lecluse, (el catedrático de la Academia de Toulouse).

NUESTRO INTENTO

Es precisamente el de estudiar estas relaciones culturales con el País Vasco-francés. Nos hubiéramos apartado de nuestro fin, caso de habernos demorado en noticias que sólo hemos apuntado. Creíamos que esas pinceladas eran necesarias para entender algo de la compleja personalidad. Las cartas con Lecluse nos revelan aspectos culturales de la vecina Francia: libros en euskera, su coste, etc. etc.

Como más tarde diremos hace ya muchos años que, entre los papeles de Iztueta en propiedad de los herederos de la 3ª mujer de Iztueta en Bilbao, hallamos una carta escrita desde Biarritz en la que figura esta firma: A.A.D. Abbadie. También queremos aprovechar la ocasión en lo que se refiere a Antoine de Abbadie en el fondo de reserva de la Fundación Koldo Mitxelena en San Sebastián.

Pero hablemos antes de las relaciones de Iztueta con Lecluse.

LECLUSE E IZTUETA

Intensa fue la relación entre ambos. Ya hemos dicho quien era Lecluse. Se conservan entre los originales de Iztueta cinco cartas entre las fechas 9 de abril de 1826 y 24 le julio de 18271. Son cartas, algunas de cierta extensión. A través de ellas observamos todo el intercambio cultural de peticiones de libros y diccionarios vascos. En ellas se dirige Lecluse a Iztueta como “verificador de pasaportes”, celador propiamente de la Puerta de Tierra.

Antes de seguir el análisis del contenido de estas cartas, conviene que nos detengamos un poco en la importancia de las fechas de 1820 a 1824 en los que Iztueta trabajó con mucha intensidad. En años anteriores a 1824 (en que se publicó su libro de danzas) Iztueta ya había destacado como para ser conocido hasta en París. Es el hecho que desde allí le invitaron a la interpretación de Plauto Bascongado o el Bascuence de Plauto en su comedia  Poenülo, acto 5º, escena primera. Poseemos bastantes documentos sobre el particular “como observaciones sobre la traducción de los 10 versos hechos por el Sr. Iztueta”. Son siete folios,con fecha en París 25 de julio 1824, en español y el mismo documento en francés. De hecho, en el catálogo de sus libros aparece “El Plauto vascongado y su impugnación”, dos libritos.

Conviene que reunamos en apartados las diverses noticias que hallamos en esta correspondencia, un ventanal para conocer el ambiente en que se movían las preocupaciones sobre el euskera. Sean en primer lugar los autores vascos que se citan: continuamente el P. Larramendi con su Diccionario y el arte de la Gramática. Iztueta tuvo el gesto de enviar a Lecluse esta disertación sobre la lengua vasca. De Astarloa le pide Lecluse a Iztueta que le dé noticia de si vive. De Juan Bautista Erro se dice que si M. Baroja le envía un ejemplar a Madrid, este sabio verá con gozo el elogio que hace de él en sus escritos. También promete a Iztueta que hablará de sus trabajos, sobre todo del libro de las fiestas, danzas y ]os juegos de los vascos, arrepintiéndose de no haber adquirido un ejemplar cuando estuvo en San Sebastián.

Lecluse quería hablar con elogio de la traducción de los versos púnicos de Plauto, que Iztueta había enviado a la Sociedad Asiática de París, pero para ello necesitaba de un ejemplar que le enviase. Las obras de Larramendi las consideraba como importantes para su trabajo. Claro que agradecía los buenos oficios para adquirirlos, ateniéndose a los haberes de un simple profesor de literartura griega, “que está bien lejos de poseer las minas de Perú”. Estaba dispuesto a que llegara a Bayona un ejemplar de la Gramática que Iztueta le había prestado, a la casa de su amigo M. Bourjac, que en su escuela tenía numerosos jóvenes de San Sebastián.

Cluzean era librero en Bayona, plaza de la Catedral. Repetidas veces se habla de la casa Baroja de San Sebastián. Iztueta le había dado noticias sobre el sabio Astarloa, de quien había leído la Apología de la lengua basca y esperaba los discuros filosóficos de Erro. Preguntaba por el médico francés don Pedro Beguin si no se hallaba en San Sebastián. Ignoraba si Iztueta había enviado a su Excª Erro el ejemplar de su disertación. Dice hacer mención en su libro de las danzas así como de la explicación de los versos púnicos y que ignoraba si Iztueta había publicado la música de las danzas, una producción que opinaba sería de lo más interesante y que el público lo acogería con el más vivo interés. Había recibido la respuesta de Iztueta a don Juan José Moguel y también había enviado a España 200 e jemplares de la suya titulada Plauto polígloto.

Habla también del impresor en Tolosa M. Mendizabal. Al R. P. Mateo de Zabala le había enviado dos ejemplares, que había recibido y leído con gran placer. El P. Zabala le había enviado diferentes manuscritos a través de Mendizabal. Explicaba en su Diccionario Vasco las 40.000 palabras y frases de que se compone en lengua española y francesa, y enviaba una cantidad de prospectos a Ignacio Ramón Baroja, pidiendo a Iztueta que esparciera por las ciudades más lejanas que pudiese y que le procurara suscripciones.

Creo que son de interés estas noticias que nos desvelan un ambiente de sumo interés en torno a la lengua vasca, tanto en la parte vasco-española y vasco francesa. Creo que todavía falta mucho para una investigación de estas relaciones, así como de tantos refugiados al termino de la primera guerra carlista como después. En carta, fecha 7 de agosto de 1840, Agustín Iturriaga, a Iztueta en Zaldibia, le dice que “en Francia corrió la voz de que murió Udl Dios sabe lo que sentí y lo que celebré saber del amigo D. Luis que la especie era falsa”.

El 30 de noviembre de ese año, Agustín Pascual Iturriaga en carta a Iztueta manifiesta que “celebra haya tenido la satisfacción de disfrutar en el campo del abrazo los días gloriosos de que era Ud. tan digno...“. Las tres provincias acordaron festejar el aniversario e Iztueta tuvo parte con su comparsa. Por cierto, que el aniversario del abrazo se celebró durante 20 años seguidos. Pero a lo que iba. Nos parece advertir que uno de los primeros que en algún modo en sugerir la implantación de las fiestas éuskaras que por primera vez tuvieron lugar en Urruña el año 1853 fue Iturriaga, cuando en la misma carta a Iztueta dice que “he apuntado la especie de que deben las Provincias preparar premios para los mejores bailarines, jugadores de pelota, tiradores al blanco, collaris e improvisadores, etc., etc., para los años sucesivos, a manera de los antiguos que establecieron los juegos olímpicos y otros”. Añade que “no ha disgustado la idea...”.

Más aún. Sabemos que Iztueta y Lecluse se conocieron. Así, éste último en Gramaire basque, en la pág. 6ª escribe: “En mi estancia en San Sebastián, villa principal de Guipúzcoa, yo consulté a un sabio vasco-español, don Iztueta. Y pone en nota: “D. Juan Ignacio ha hecho publicar en San Sebastián, en 1824, en casa Baroja un volumen en 8º que comprende las antiguas danzas, compuesto en vascuence dialecto de Guipúzcoa y se titula ... Este respetable sabio, después de haber leído mi disertación sobre la lengua vasca, que yo tuve el honor de dirigirle un ejemplar, me acusa el recibo en estos términos: “Recibí la memoria que Vm. ha escrito sobre la lengua bascongada, la que ha gustado mucho y parecido muy bien a todos los aficionados a la literatura y bellas letras. Tanto éstos, como todos los amantes de su patria y que se interesan en sus glorias, se han llenado de gozo, al ver que un Francés, (que hasta ahora no ha tenido conocimiento alguno de dicha lengua), la haya alabado tanto y prodigado tantos elogios”.

UNA CARTA ENIGMATICA

Tal es la enviada a Iztueta desde Biarritz y en español en fecha 20 de octubre de 1827 y firmada por A.M.D Abbadie, y en la que se le indica la dirección de Rue de la Trinité nº 10, Toulouse. Evidentemente (que no es de Antoine, nacido en 1810 y que en 1827 hubiese tenido 17 años), muy joven y para que la carta comience con “paisano y amigo”. Además le dice que “voy a volver a Tolosa con mi familia en seis u ocho días. “Acusa en ella haber recibido carta fecha de ayer, dándole gracias por las diligencias que ha hecho Iztueta por el Diccionario de Larramendi. Le da la enhorabuena por la publicación del libro de las melodías de las danzas. Le pide envíe un ejemplar así como cuando haya salido “la obra que está Ud. escribiendo sobre los fueros y costumbres de nuestros antepasados”, así como también le agradecería un libro escrito en idioma guipuzoano y traducido en lengua castellana” 2.

Se trata del padre de Antoine, con el saludo de paisano y amigo a Iztueta, lo que evidencia una estrecha relación entre ellos. Varias son las cartas de Abbadie, Antoine a José Manterola. Tres concretamente, hológrafas autografiadas y en francés, las que hallamaos en el fondo documental de Koldo Mitxelena3, en una de ellas le dice Abbadie a Manterola que no tiene “ici” la 2ª editión de   Gueroco guero, y cree que lo tiene a Abbadia. Figura también una carta de José Antonio Uriarte en vascuence dirigida a Abbadie4. Es copia manuscrita de Aizquibel. Ignoramos si son inéditas o alguno las publicó.

Para terminar, nos alegraríamos que las noticias que hemos ofrecido hayan contribuido a un mejor conocimiento de la época de Antoine de Abbadie.

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1. Véanse en mi libro “0bras inéditas de Iztueta”, La Gran Enciclopedia vasca, Bilbao, 1968, págs. 141-154.

2. Véase en id., págs 154-156.

3. En el número 7.852, pág. 461 del tomo 1º del Catálogo del fondo Julio de Urquijo de la Biblioteca de Diputación Foral de Guipúzcoa, año 1991.

4. En Carpeta Aizquibel 3313 (29) Uriarte fray José Antonio. Carta en vascuence a D. Antoine d’Abbadie (Copia manuscrita de Aizquibel. Markinan Maiazaren 6 garrenean 1835 an. y dice así “Neure jaun ta jaubea: osasuna ta bakea opa deutesudaz. Ezin neike zu adierazo duinean celaco lana eta nekeak artu ten cenduan ta ce arazoac ceranbiltzaran jasoteco gueure euskara ederra jaokan ta egor bear leukean leku goratu, lelen ta aurrerengora. Milla esker emoten dutzadaz España alde onetarako euskaldun guztien izenean ta aguinduz aurac pocez aitazuten dabe zure icena eta gozatuten dira zure gomuteagan.

Eraba guiric neukan joatea Baionara auskaldunen lelengo batzarreia oraintzuan igaro dan Agorrillaren irugarren egunean, baño damuz guelditu behar izan beban neure guraria bete beoga erreiño onetako nastealgaric. Orain jakin nei neukeana, da noiz ta nun izango dan aurtengo bazarra celakoak diran igarko Bayonakoan artu cendueran neurriac, gueoni jai azan beste gauza guztiakin iragartzeco emango euskaldun ceure bearretan lagunduzeco guraric dagozanari.

Agur: ondo vici: parcatu nire azazkeria ta zure aguindana guelditu tzenda, escu munacar, ceure servitzari yoyako au.

Marquina, de mayo de 1855, F. José Antonio Uriarte.